EN
MEMORIA DE TODOROV
El día 7 de febrero de este año 2017 ha
fallecido en París el pensador y escritor búlgaro Tzvetan Todorov. Su pensamiento resulta interpelante en
medio de esta cultura tan superficial. De sus pensamientos, se podrían
seleccionar, al menos, tres que parecen reflejar la situación en la que nos
encontramos.
1."La inmensa mayoría de los crímenes
colectivos fueron cometidos siempre en nombre del bien... Las causas nobles no
disculpan los actos innobles".
Muchas causas nobles han suscitado muy
buenas intenciones en los hombres. Pero no siempre la rectitud de los fines ha
orientado la selección de los medios. Pero eso mismo nos ocurre cada día. Sin
embargo, es preciso repetirnos una y otra vez que el bien ha de ser bien hecho.
Eso es especialmente urgente en un momento en que se piensa que la técnica
puede prescindir de la ética. Los logros técnicos no justifican cualquier
opción.
2."Creo que el rol de los
intelectuales no es seguir la corriente, sino perseguir la libertad,
preguntarse por ella, y transmitir los resultados de su pesquisa. Y no tener
miedo".
La libertad no es un punto de partida: es
un ideal al que es preciso orientar toda la existencia. La libertad no consiste
en sentirse desligado de toda atadura, de toda norma, de todo consejo. Es libre
quien tiene hambre y sed de la justicia y lucha por alcanzarla. Esa es una de
las bienaventuranzas del Maestro Jesús de Nazaret.
3.
“Intento que mi vida sea tan rica como sea posible, aun en el simple hecho de
cocinar. Es una acción que da sentido, porque la comida se hace para los otros,
se comparte con los otros, es un don, es una obra efímera que desaparece de la
noche a la mañana, es una obra para recomenzar todos los días...”
Es interesante el pensamiento sobre el
cocinar. Todos aspiramos a realizar grandes hazañas en la vida. Ponerse a
cocinar para preparar una comida que será consumida en pocos minutos: eso es
heroico. Es signo de un compromiso que va más allá de los sentimientos y de los
intereses inmediatos. Pero será necesario tratar de meditarlo y ponerlo en
práctica en nuestra situación concreta.
4.
"Si, como ser humano, al final de mi vida me preguntaran qué es el éxito,
respondería que es haber vivido una vida en la que viví, amé y respeté y fui
respetado por los otros a los que amé y respeté. (…) El éxito de una vida
entera, de una vida completa, es el éxito en las relaciones humanas. Una vida
sin amor habrá sido desastrosa".
Nos tiene que alegrar que el amor no sea
considerado solamente como un precepto cristiano. Ya sólo por serlo, toda
persona necesita amar y ser amada. En eso está la clave del verdadero éxito de
la vida humana. Así pues, Jesús no vino a imponernos una norma malsana. Vino a
sacar de nosotros nuestra verdad más profunda.
José-Román Flecha Andrés