miércoles, 16 de mayo de 2018

CADA DÍA SU AFÁN. 19 de mayo de 2018

                                      
ANTE LAS FALSAS NOTICIAS

Hoy somos bombardeados a todas horas por falsas noticias. Las llaman  “fake news”. Unas veces nos mienten inventando una realidad que no existe. Otras veces nos entregan medias verdades. Y tal vez comentan de tal forma la verdad que nos confunden.
Pues bien, ese ha sido el punto de partida del mensaje que el papa Francisco ha publicado con motivo de la 52 Jornada Mundial
 de las Comunicaciones Sociales, creada por Pablo VI, que se celebra el día de la Ascensión del Señor a los cielos.
El Papa señala que las noticias falsas son a veces verosímiles. Captan  nuestra  atención porque se basan en prejuicios y suscitan emociones fáciles. Además, se difunden con rapidez por medio de las redes sociales.   
Muchos de nosotros contribuimos a extender un rumor, que en muy poco tiempo circula como una verdad irrefutable. Pero el juego no es inocente. “El drama de la desinformación es el desacreditar al otro, el presentarlo como enemigo, hasta llegar a la demonización que favorece los conflictos…  A esto conduce, en último análisis, la falsedad”.
 El Papa añade que la desinformación fue ya la estrategia de la “serpiente astuta”. En el relato bíblico, el tentador se acerca a la mujer, fingiendo interesarse por su bien, y comienza con una afirmación verdadera, pero sólo en parte: «¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?» (Gn 3,1). Dios no había prohibido a Adán comer de todos los árboles, sino solo del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Tras analizar el texto bíblico, el Papa concluye que “ninguna desinformación es inocua; por el contrario, fiarse de lo que es falso produce consecuencias nefastas. Incluso una distorsión de la verdad aparentemente leve puede tener efectos peligrosos”.
En realidad, el éxito de la desinformación tiene su raíz en la sed de poder, de tener y de gozar que nos hace víctimas de un engaño tremendo: el del mal que se mueve de falsedad en falsedad para robarnos la libertad del corazón.
De ahí se deduce una importante evidencia: “Educar en la verdad significa educar para saber discernir, valorar y ponderar los deseos y las inclinaciones que se mueven dentro de nosotros, para no encontrarnos privados del bien cayendo en cada tentación”.
Jesús nos dijo que la verdad nos hará libres. Así que la verdad tiene que ver con la vida entera. Librarnos de la falsedad y tratar de tejer buenas relaciones con los demás hará que nuestras palabras y nuestros gestos sean verdaderos, auténticos, dignos de confianza.
  “Por sus frutos podemos distinguir la verdad de los enunciados: si suscitan polémica, fomentan divisiones, infunden resignación; o si, por el contrario, llevan a la reflexión consciente y madura, al diálogo constructivo, a una laboriosidad provechosa”. Es necesario preguntarse si la información que recibimos y pasamos a los demás puede contribuir a la paz.
                                                                    José-Román Flecha Andrés